NI COMPASION NI REMORDIMIENTOS

Han comenzado mis vacaciones, pero no por ello, hay que bajar la guardia y seguimos en pie con la lucha.

No os olvidéis de mi el día 20 es imprescindible que poco a poco nos concienciemos de lo importante que es “armar bochinche” para que los bancos y las compañías telefónicas oigan nuestra voz.

Los bancos, cada vez ganan más a costa de subirnos los precios de los intereses de nuestro propio dinero, sin compasión por la crisis, sin compasión por los jóvenes, sin compasión por todos aquellos que tienen que vender su hogar por no tener posibilidad de pagarlo.

Sin remordimientos por pactar con los constructores para permitirles que nos exploten cada día un poco más.

No penséis que la crisis es para los banqueros, ellos jamás estarán en crisis.

Así que os animo a todos a que el día 20, no vayáis a el cajero, no paguéis con tarjeta.
Pagar en metálico, o ir a pedir el dinero al señor de la ventanilla.

¡Animo! estoy segura que poco a poco se unirá más gente y entonces comprenderán los banqueros que es hora de abaratar sus robos.

El mismo día 20, podemos aprovechar para luchar también contra los otros grandes ladrones de nuestra vida, las telefonías.

Cada distribuidor de móviles nos cobra un dineral por la conexión de la llamada, tampoco tienen piedad con nosotros, ya que el estado no les ha permitido robarnos en los minutos que hablamos por teléfono, ellos para compensar nos roban más todavía por otro lado.

Antes en España hablabas por tres segundos y te cobraban un minuto, el estado no ha permitido “esta forma de robo tan descarada” así que ahora hacen otra, cada vez que vas a hablar por teléfono te cobran los tres segundos, pero el precio de la conexión ha subido como “a 10 minutos”.

Ósea, que ahora ganan más…están encantados.

Si nosotros un solo día al mes, dejamos de hacer llamadas por el móvil, podemos conseguir que ese día no ganen nada. ¿Os imagináis el placer que puede producir saber que nadie ha realizado una llamada a un móvil y día determinado al mes?
¡Animo! La unión y la lucha tiene siempre un precio, que es la constancia, pero el resultado merece la pena.

Aquí os dejo hasta dentro de unos días.

Os estoy escribiendo desde Tui, un pueblo precioso, tranquilo y donde arrancan mis vacaciones, en mi preciosa Galiza.